Luisa Fernanda Martí entro en Radio Madrid de la Cadena Ser el año 1952.
Flores y abejas, semanario de información que se publicaba en Guadalajara. El día 28 de octubre de 1958 publicaba la siguiente entrevista que Felix Martilay le realizaba a Luisa Fernanda Martí, que reproduzco a continuación.
Entre dos grabaciones “cazo” a
Luisa Fernanda Martí Ballesta, la locutora más popular de España y a la que ese
maestro de locutores llamado Boby Deglané dio el sobrenombre – muy merecido,
desde luego – de “la locutora guapa”.
¿Cuál fue tu primera emisión,
Luisa??
Fue, fue… en 1952. Eso, el 13 de
junio. Recuerdo mejor el día que el año, porque San Antonio fue para mí un
verdadero patrón por partida doble; como mocita soltera y como locutora que se
planta por vez primera ante el micrófono.
¿Y cómo fue el que llegaras hasta
la radio?
Pues… ¡pero si eso lo sabes tú mejor que yo…!
Hasta el momento no me he dado
cuenta que Luisa Fernanda es aquella Luisa Fernanda que estaba en el banco
anterior de mí misma clase en la Facultad de Letras. ¡Y que lo sabía! Pero
tenía una letra endiabladamente difícil de distinguir desde mi posición
retrasada y por muchos esfuerzos que hacía no podía “chuletearle” ni una
palabra.
“Luisa, pon el papel un poco más a la
derecha”, era mi mensaje desesperado. “Escribe con letra más grande no des la
vuelta a la hoja que aún no he acabado”.
Y luego, en el bar, con el
consabido bocadillo de calamares, me reñía por los gritos que soltaba y yo la
reñía a ella por lo poco que había entendido. Hasta que un buen día, Rosillo -
otro compañero que ahora alterna las tareas periodísticas con las de
presentación de estrellas de cine - la convenció para ir por la radio. Hacían
falta locutores y la cosa valía la pena de probar. Desde entonces, Luisa
Fernanda se convirtió en nuestra pesadilla gramatical en la parte de la
prosodia. “No se dice cargao, sino cargado… Pronunciad bien… habláis fatal…” Y
se lo aguantábamos porque Luisa Fernanda es simpática guapa y sabía mucho del
tema del próximo ejercicio escrito… Y un buen día, quizá fuera ese día de San
Antonio que ella recuerda tan bien, nos dijo que la tratáramos con más respeto
porque ya era locutora de Radio Madrid. Justamente fue el día en que empezaron
a ponerme ceros en los ejercicios escritos.
¿Bien Luisa ya eres locutora más popular de España ahora dime qué sensación te produce esta popularidad?
A veces le encuentro
terriblemente vanidosa, pero cuando me doy cuenta, me da vergüenza y dejo de
serlo. Creo que la popularidad ha sido parte de compensación por el trabajo.
¿La sacrificarías por algo?
Desde luego. Creo que nuestra
generación, afortunadamente, no es nada romántica. Y a la vez no es demasiado.
¿Te produce alguna sensación ser,
para la gente tan solo una voz?
Creo que ningún locutor es simplemente una
voz. Cada uno de los oyentes nos ha moldeado en su imaginación y tiene un
auténtico, pero imaginario, retrato de cada uno de nosotros. La prueba es que
cuando me presentan a alguien siempre dice “La había imaginado más vieja…, o
más gorda…, o más alta…”
Nos dan una cara enseguida.
¿Por qué elegiste la especialidad de locutora? ¿No hubiera ido mejor, por tus estudios, el cuadro artístico?
Pues, no. En el locutorio puedes
realizar tu personalidad mejor, puedes crear, tener iniciativas. Me apetecía
esto más. Por otra parte “soy dura” para actriz y con la voz hay que suplir el
gesto, la acción…
Va mejor mi voz para locutora.
¿Tiene influencia la radio como
medio de difusión?
Muchísima. En primer lugar, como
compañía para la gente. Sobre todo, para las mujeres. El porcentaje de
“radioyentes” es elevadísimo, y ello es debido a las acompaña en todas las
faenas del hogar. Después les ayuda a fomentar su imaginación. La gente modesta
tiene un amigo irremplazable en la radio. Esto, trabajando aquí, no se nota,
pero al salir por ahí se ve palpablemente.
¿La televisión no hará caer a la
radio?
Desde luego tiene una gran ventaja el oír y ver a la vez, pero a la larga cada cosa vuelve a estar en su sitio. Esa crisis la ha pasado las emisoras de todos los países adelantados, pero al final la radio sigue siendo la compañía más apreciada. Para ver la T.V. hace falta no tener nada que hacer, y las amas de casa pueden coser y oír el serial, o la emisión que sea, mientras cosen o atienden a la comida. La T.V. queda para las pocas horas del día; la radio, para las restantes
¿Crees que es buena la radio
española?
Hombre, creo que presenta
programas de auténtica calidad y en general tiene un tono medio bueno, pero ya
sabes que, en las emisoras comerciales, muchas veces la calidad se ve
supeditada a los intereses mercantiles. Con relación al extranjero no estamos a
un nivel muy inferior. Solo nos aventajan en medios. Aquí aún se sigue un poco
con “la lata de conservas”, pero creo que sí al personal de una buena emisora
española se le trasladara de repente a una emisora americana, la calidad no
bajaría nada. Nuestro espíritu improvisación es una auténtica realidad, lo malo
es que a veces no sabemos canalizarlo.
¿Te atreves a decir las cualidades imprescindibles para ser locutora?
Para todo en esta vida hace falta
tener una formación cuanto más sólida, mejor, y una personalidad definida. Pues
eso mismo añadiéndole una buena voz, es indispensable para la radio. Luego, la
dosis de suerte que hace falta hasta para comprarse un par de medias.
Pues que la tengas.
Felix Martilay
Muchas gracias por recordar a mi abuela, sin duda una de las grandes de la radio española.
ResponderEliminarLe agradecería se pusiera en contacto conmigo en el correo joselopezruat@outlook.es.
Un saludo afectuoso